
Habéis decidido dar el gran paso, y ahora ¿qué? Las dudas os asaltan y la idea de organizar una boda se os antoja como algo muy pesado. Aquí tenéis 10 consejos que os ayudarán a llegar felizmente al altar.
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- Visualización. Imaginad vuestra boda ideal teniendo en cuenta todos los detalles. Haced una foto del instante perfecto en vuestra cabeza y verbalizad todos y cada uno de los detalles. Así sabréis qué tipo de boda es el vuestro. En la montaña, con estilo campestre; en la playa, de rollo boho; en un gran salón, decorado elegantemente; en unos jardines intimistas, con accesorios vintage. Cuanto más precisos seáis en la descripción, más fácil os será decidir en todas las futuras elecciones -que no serán pocas- sobre vuestro enlace.
- Organización. Para ahorraros agobios, haced una lista con todo lo que queréis tener en cuenta, como el menú, el fotógrafo, la decoración, la música, los invitados, los regalos, los vestidos o la peluquería. Una vez hecho esto: ¡priorizad! Numerad qué es lo más importante y qué es lo primero que tenéis que cerrar. Y ya tendréis la agenda llena de actividades para toda la temporada.
- Presupuesto. ¿Cuánto me quiero gastar? ¿Cuánto dinero tengo? Esas son las dos preguntas clave para empezar a mover el cotarro. Cuando sepáis lo que os podéis gastar ya podréis estimar. Usad la lista del punto número 2 para calcular un presupuesto provisional. Eso sí, aquí vienen las malas noticias, siempre, SIEMPRE, la boda os costará más de lo que proveísteis al inicio. Bueno es saberlo.
- Elección. Cuando os toque elegir el restaurante, los vestidos, el menú, la música o lo que quiera que sea, hacedlo según las dos premisas siguientes. La primera, lo que vosotros queréis. La segunda, lo que os va a costar realmente. Esta última premisa es la importante, porque tendréis que agudizar los sentidos y no caer en publicidades engañosas que hagan trizas vuestra estimación del punto 3. Por ejemplo, aquí sabemos de lo que hablamos: Cal Blay incluye en sus presupuestos de catering la vajilla y la decoración, pero no todas las empresas de restauración incluyen este servicio en el precio inicial -por muy bonitas que se vean sus fotos de catálogo-. Así que, ¡ojo!
Foto: Marga Martí // Masia Torreblanca by Cal Blay
- Paso firme. Y no solo de camino al altar. Cuanto más cerca estéis del día D, más etapas iréis cerrando a vuestras espaldas. Así que, para la salud mental del futuro matrimonio, nada de arrepentimientos o dudas: le habéis dado mil vueltas y finalmente habéis escogido. Así que adelante, y camino a otros temas que también requieren de vuestra atención. Hacer lo contrario solo traerá inquietud o desorganización (y alguna que otra discusión).
- Trabajo en equipo. Vais a ser socios de vida, así que, empezad ya a colaborar, negociar y respetar el trabajo del otro. Seguro que encontráis fórmulas que os satisfagan a los dos, solo se requiere de a) cariño -que ya os tenéis- y b) empatía -virtud que os hará mucha falta-. Estimulad vuestra empatía y veréis que uno solo no puede hacer el trabajo. Así que coged la lista del punto 2 y ¡repartid las tareas! Saber delegar también será un buen aprendizaje para el que quiera llevar la voz cantante de los dos. Recordad: os habéis metido juntos en esto y juntos saldréis victoriosos y felices -y
cansadoscasados-. - Toque personal. Está muy bien que los profesionales se encarguen de todo lo importante: desde cortar el jamón ibérico hasta realizar auténticas virguerías con las decoraciones florales. Pero lo que no podrán, por mucho que se esfuercen, es dar vuestro sello personal. Esa impronta que queréis dejar a vuestros allegados será un momento muy especial. Y puede ser transmitida de muchas maneras: con la elección musical, con pequeños detalles de artesanía o hasta con un baile con una divertida coreografía. Haced algo que os identifique y vuestra boda será genuinamente auténtica.
- Agenda. La última semana antes del día D es crucial. Tendréis muchos compromisos, y lo más importante será dejar todos los cabos atados. Así que agendad los eventos y realizad llamadas para confirmar que todo está en orden. Restaurante? Peluquería? Música? Flores? Anillos? Descanso? (sí, buscad un hueco también para vosotros. Eso os dará energías para llegar vivos a la gran celebración).
- Momento Zen. Es el día de vuestra boda. Disfrutad. Pase lo que pase. Disfrutad del momento. Aunque llueva, aunque la tarta nupcial caiga al suelo, aunque ese primo lejano se haya pasado con los cócteles y le esté tirando los tejos a la finiquitada pata de jamón ibérico. Reíd, llorad, pero sobre todo, disfrutad de ese día tan especial y atesorad en la memoria esos instantes con vuestros seres más queridos. Recordad las palabras del maestro Zen: Cuando como, como, cuando duermo, duermo y cuando me caso, me caso (vale, quizá esto último no lo dijo, pero seguro que sabría disfrutar del momento).
- La dulce espera. Y con eso me refiero a la luna de miel. Esperad. No huyáis inmediatamente tras la fiesta. Ni al día siguiente. Tened en cuenta que habrá amigos y familiares que seguramente habrán venido de lejos. Estar un día o dos con ellos, relajados tras la boda, será de los recuerdos más bonitos que tendréis. Y además, podréis encarar con más ganas y energía vuestro viaje más romántico.
Foto: Nou Enfoc // Casament D&M // Torre el Veguer by Cal Blay
Recordad que en Cal Blay tenéis ambientes para crear vuestra boda ideal, acompañándola de la mejor gastronomía.
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Foto de portada:
La Dichosa // Casament Nadina&Oriol // Mas Cànovas by Cal Blay
Entrada disponible en
Català